Mindfulness.  Lo oímos en muchos ambientes y parece una “invento” nuevo que va a revolucionar el mundo.

Realmente su significado no es más que situar la atención plena sobre algo.  El Mindfulness para niños y adolescentes es una alternativa eficaz para ayudar a autorregular las emociones manejándolas de una forma más sana, mejorando su autocontrol  y aprendiendo a tranquilizarse cuando se sienten enfadados.  Su práctica  mejora la concentración, potencia la memoria y disminuye la ansiedad.

Este hábito también la podemos llevar a la alimentación. Aprender a ser conscientes de cómo nos relacionamos con la comida, cómo nos sentimos (tanto física como emocionalmente), y cómo respondemos o reaccionamos ante este proceso. Hay que tener en cuenta que la alimentación está muy ligada a las emociones y el aprendizaje en las edades tempranas es fundamental.

La ansiedad y el estrés de la vida diaria pueden llevarnos a comer de un modo mecánico, incluso involuntario y finalmente trasladamos este ejemplo a  nuestros niños.

Realizar, al menos una vez al día, una comida en familia ayuda, no  sólo a comunicarnos después de un día agitado, sino además a tomar conciencia de la importancia de la alimentación.   Comer despacio, saborear los alimentos, entender que algunos son necesarios para nuestro desarrollo, disfrutar con lo que nos gusta, etc.

Para tener una costumbre de comer “mindful”, no es necesario que en todas las comidas haya que poner una “sobre-observación”. El hecho de introducir una práctica de conexión con lo que vamos comer, en un par de bocados al día, puede ayudarnos a conocernos más  e identificar cómo es nuestra relación con la comida.  Tan simple como darnos cuenta de qué y cómo estamos comiendo. Esto será una gran ayuda para tener una relación conveniente con la alimentación y protegernos de enfermedades tan acusadas hoy en día como son la anorexia y la bulimia.

Como podéis ver, no se ha inventado nada nuevo.  Se trata de recuperar hábitos que las  prisas de la vida cotidiana nos han hecho perder y sin embargo, son fundamentales para el desarrollo de nuestros hijos.

Pongámoslo en práctica y empecemos a disfrutarlo.